01 septiembre 2007

Oir y escuchar

Me paso el día escuchando la radio, pero no cualquier emisora. Nada de música actual o de grandes éxitos de décadas pasadas. No. Escucho Radio 5 Todo Noticias. Dicho así, suena a aburrimiento continuo. Para un rato está bien pero ¡8 horas seguidas! puede llegar a cansar.

Además de los boletines informativos y ruedas de corresponsales, ponen en antena pequeños espacios radiofónicos sobre las temáticas más diversas: 'Bandas Sonoras', 'Stravaganzza', 'Un lugar para vivir', 'Hablando en plata', 'Contando cuentos', y así durante todas sus horas de emisión.

Lo que pasa es que, de tanto oir la radio puesta, al final la dejas de escuchar y te pierdes muchas de las cosas interesantes que se dicen. No obstante, parece que el inicio de dos sintonías me sacan del letargo o de la concentración de lo que estoy haciendo, que me obligan a dejar mi trabajo y prestar atención: 'Polvo Eres' y 'El buscador de Radio 5'.

Nieves Concostrina habla 'de tú a tú' con la Muerte todos los días, y la presenta como una realidad cotidiana y curiosa, porque la mayor virtud de su espacio 'Polvo Eres' es hablar de la Dama de la Guadaña (creo que ya se me ha ido la pinza) como un elemento que ha formado parte de todas las culturas. Tan pronto te habla de la muerte de un rey inglés, como de los restos óseos de Cristóbal Colón o de unos pirados que han montado una funeraria motera. Da igual lo que ese día te cuente porque su narrativa engancha de tal manera que a ese reportaje yo, al menos, le hago caso.

De lo que no me acuerdo es del nombre del locutor que presenta el espacio 'El buscador de Radio 5' pero su voz tiene sobre mí un efecto similar al que me produce escuchar 'Polvo Eres': concentración absoluta en las ondas hertzianas. Por su voz y los temas que trata, todos relacionados con Internet, consiguió engancharme desde el primer momento que le escuché, y de esto hace ya como tres años.

En esos momentos, es como si se parase el mundo que me rodea. Eso sí, casi siempre pasa algo que me saca de mi ensimismamiento (aunque la radio no se mire), como, por ejemplo, una llamada de teléfono.