26 marzo 2006

A las 2 serán las 3

El vídeo, el móvil y el ordenador cambian la hora automáticamente. Les da igual que sean las 2 que las 3. Pero a mí, no: Si tengo ya descontrolado el sueño de una manera, cuanto menos, preocupante, ahora se me modifica una vez más. Esto supone que no me duerma por las noches a una hora adecuada para descansar lo suficiente y que arrastre un cansancio constante a lo largo de toda la semana. Pero, claro, como mis horarios semanales son tan magníficos, es normal que mi "reloj biológico del sueño" esté descontrolado, al igual que el de las comidas.

Que ahorraremos energía, vale, de acuerdo, pero yo no estoy como para ahorrar más horas de sueño. Dicen los expertos que el cuerpo se hace al nuevo horario en 15 días... Va a ser que no.

20 marzo 2006

De timadores y mangantes




Me hago eco de un email que me ha llegado de un buen amigo mío que reproduce un texto escrito por Arturo Pérez Reverte en el año 2000, muy recomendable para leer en estos tiempos que corren en este país...

"Aragón también existe", Arturo Pérez Reverte (25-06-2000)

19 marzo 2006

Que llueva, que llueva...

Se acerca la Primavera.
La semana que viene, oficialmente, hará su entrada en nuestras vidas un año más, si bien ya se ha dejado notar durante la semana pasada.
Mucha gente a mi alrededor la espera con ansiedad (casi), molesta de los fríos invernales, con ganas de dejarse seducir por los rayos de Lorenzo (y por los brazos de cualquiera).
Otros muchos la temen: les empieza a picar la nariz y a estornudar sin parar.
Yo sólo espero que llueva, que llueva lo suficiente como para que la sequía veraniega no haga los estragos del año pasado. Que llueva, que es la época.
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Afortunadamente, una negra-nube-negra se aproxima en el horizonte y el Sol parece picar con fuerza...
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16 marzo 2006

Buscando sintonía

Me encanta buscar músicas que inspiren algo concreto. Ahora ando a la caza de una sintonía para un informativo de televisión. A ver qué surge de mis discos, cuál es la canción afortunada... De paso, es una manera de recordar otros tiempos y, como decía Joaquín Guzmán, el de La Gramola de M-80, "abrir ventanitas". Y también sirve para descubrir nueva música.
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Por cierto, ahora le podemos escuchar a través de Aragón Radio, en La Rockola, de lunes a viernes de 5 a 8 de la tarde, por si hay por ahí algún nostálgico...
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15 marzo 2006

Calimocho, whisky, birra, pipermint...

Mientras nuestros vecinos franceses se pelean contra el Gobierno de su país para que los contratos de primer empleo sean dignos, nosotros sacamos las litronas, los vasos de mini (o litro), los cubitos de hielo comprados en los establecimientos "de los chinos", nos plantamos en la calle y exigimos al Ejecutivo de ZP que nos deje beber (emborracharnos) en la vía pública, que tenemos derecho. Con un par.

Este fin de semana está programado un "MACRO-MEGA-SUPER- BOTELLÓN" en muchas ciudades españolas. Algo así como una competición nacional de consumo de alcohol, a ver quién tiene más comas etílicos por metro cuadrado. Sería la medida ideal para medir el número de participantes, como en las manifestaciones.

Pero quizá habría que entender, primero, el porqué de este tipo de "concentraciones alcohólicas". De toda la vida, se ha bebido en este país: el carajillo de por la mañana, el vermut, las cañitas en el bar a media mañana, el vino, una cerveza a media tarde o por la noche... De toda la vida. Salir de cañas o de vinos (según las zonas) es un acto social, de sociabilización, que merecería toda la atención del Ministerio de Asuntos Sociales. Es una manera de convivir que se está perdiendo, fundamentalmente como consecuencia de la subida escandalosa de los precios en las bebidas, ya sean alcohólicas, aguas carbonatadas, infusiones o cualquier otro tipo de bebida, como los cafés (cortado descafeinado 1,40€, me dolió mucho) que se sirve tras la barra de un bar.

Y luego está el temido "garrafón", cada vez más extendido; aspecto que debería controlar el Ministerio de Sanidad.

¿Y se extrañan de que se celebren botellones los fines de semana? A los precios de las bebidas y, a veces, la dudosa procedencia de lo que bebemos, se añade la costumbre, cada vez más extendida, de hacer pagar para entrar en los locales, y al cierre de éstos a horas cada vez más tempranas para este país. Comprando la bebida tú, te garantizas su calidad y te sale más barato. Y, como la calle es de todos, no tienes que pagar.
Eso sí, recojamos las botellas y las bolsas si lo hacemos en la calle, y no convirtamos nuestras ciudades en auténticos vertederos cada fin de semana, que ya están suficientemente sucias.
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Esto no es una alegato a favor del coma etílico. Apenas practico el botellón (no recuerdo la última vez que estuve en uno) e ir a uno de ellos no implica directamente "cogerse una muy gorda".
Por mi parte, prefiero descansar los fines de semana en casa, que bastante ajetreo llevo durante la semana; eso sí, con mi cervecica, mis palomitas, mis pelis y mi sofá.
Pero defiendo que el botellón es una forma de convivencia, de conocer gente, de diálogo, de música... Y es que no se puede pretender que nos quedemos anclados en viejos modelos sociales: las costumbres cambian.
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Sin embargo, más nos valdría salir a la calle por asuntos "a la francesa" e invadir las universidades contra los empleos basura/ becarios/ de prácticas, que mejor nos iría...
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13 marzo 2006

El reportero más dicharachero...

La Rana Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo

01 marzo 2006

Papeles

Tengo una mala costumbre: la capacidad de almacenar folios escritos a mano, fotocopiados y subrayados; folletos, suplementos y periódicos, revistas, cartas manuscritas sin acabar que nunca serán leídas... Vamos, que un cachito de la Amazonia lo tengo en la habitación. Y es que guardo muchas cosas "por si acaso". Y luego nunca los consulto ni los vuelvo a leer. Por lo tanto, si después de un tiempo (a veces, demasiado largo), no los utilizo, los llevo a reciclar, para que tengan nueva vida.

Así que, mañana, muchos de ellos se van a reencarnar: van a ir a parar al cubo azul de la calle.