01 marzo 2006

Papeles

Tengo una mala costumbre: la capacidad de almacenar folios escritos a mano, fotocopiados y subrayados; folletos, suplementos y periódicos, revistas, cartas manuscritas sin acabar que nunca serán leídas... Vamos, que un cachito de la Amazonia lo tengo en la habitación. Y es que guardo muchas cosas "por si acaso". Y luego nunca los consulto ni los vuelvo a leer. Por lo tanto, si después de un tiempo (a veces, demasiado largo), no los utilizo, los llevo a reciclar, para que tengan nueva vida.

Así que, mañana, muchos de ellos se van a reencarnar: van a ir a parar al cubo azul de la calle.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tengo la sensación que los papeles no se reencarnan, se reencartan o se reenlibran...pero pasar de vegetal a animal es un salto muy grande, que todavía las empresas de reciclaje no han podido realizar.
Pero así me gusta, que lo viejo se transforme en nuevo y cobre nueva forma.