Idénticas. Iguales. Vamos que te la pueden meter doblada, que te pueden dar gato por liebre, o como quieras llamarlo. O puedes ganar una moneda para tu colección.
Quizá sea por mi formación en Numismática. Y no es que coleccione monedas. Lo cierto es que me gusta mirar el anverso y el reverso de las monedas. Y, esta mañana, cuando me han dado el cambio, no me he podido resistir a seleccionar aquella moneda que no llevaba el rostro de Juancar.
A primer golpe de vista, en ése que no distingues nada, mis ilusiones se dirigían hacia el norte de Europa: las únicas monedas que todavía no he visto son las de Finlandia. Mis expectativas han cambiado cuando he leído: "100 pesos" y "República de Chile".
Igualitas, oiga. Esa moneda chilena puede pasar por europea. Idéntico peso, idéntico diámetro e idénticos colores. Vamos, que podría haber servido para pagar como una de 1€ en una máquina expendedora de billetes de cercanías o de metro, o para sacar una bebida refrescante de extractos en una máquina de latas (o de botes, que dicen por aquí).
Miles de kilómetros ha recorrido esta moneda. Si pudiera hablar contaría, seguramente, grandes historias...
1 comentario:
Pues a mi me pasó lo contrario, vivo en Chile y me dieron de vuelto 1 euro de españa en vez de 100 pesos, pero lo gracioso fue que 1 euro son más de 660 pesos chilenos. Otra vez me dieron una moneda creo que de Costa Rica, que es muy parecida también, de todas maneras ambas pasaron a formar parte de mi colección de monedas.
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