La sentada en la Puerta del Sol de este domingo 14 de mayo se convirtió en una manifestación improvisada por la vivienda digna en España, con batukada incluida. Poca gente; calculo que algo más de 1.000 personas. Quiero ser optimista y pensar que parte de la escasa participación sea debida a que era fiesta en Madrid y muchos estaban de puente. De lo que sí estoy segura es que más personas habían recibido el mail de la convocatoria.
A esto hay añadir que el seguimiento de esta convocatoria en los medios de comunicación ha sido nulo, si lo comparamos con "el bombo y platillo" que se le dió al macrobotellón. Este acontecimiento lúdico ocupó muchos minutos de los informativos y, sin embargo, algo muchísimo más serio como es el acceso a la vivienda apenas ha aparecido. Eso sí, en esos momentos estaban los jóvenes franceses luchando en las calles contra la Ley de Primer Empleo, casi poniéndoles como ejemplo a los jóvenes españoles.
El derecho a una vivienda digna está recogido en el artìculo 47 de la Constitución Española de 1978:
FOTO de ANA MARÍN
Y motivos hay para quejarse. Según el Banco de España, el precio medio de un piso es de 6,9 veces superior a la renta bruta disponible de los hogares. Estamos, pues, a más de 6 puntos por encima de lo recomendado por las entidades bancarias para evitar problemas de impago. Además, el precio de la vivienda libre se ha elevado a 1.887'6 €/m2 en el primer trimestre de 2006, que supone un incremento del 12% respecto al marzo anterior, según el Ministerio de la Vivienda. Es decir, los hogares españoles están cada vez más endeudados. (Estos datos están extraidos de una noticia publicada en la edición digital de Heraldo de Aragón).
Por eso, el tema de la vivienda nos atañe a todos, no sólo al poco más de un millar que acudimos a la sentada de Madrid (y a los que acudieran en cada uno de los lugares donde estaba convocada). Concierne a toda la sociedad porque es un mal estructural y endémico (la "burbuja inmobiliaria"), a pesar de las medidas tomadas por los organismos públicos, que han demostrado ser insuficientes y no dar respuesta eficaz a la demanda de vivienda.
La consigna"Somos becarios hipotecados", coreada durante la marcha, resume perfectamente la situación de la juventud española, que responde al esquema académico / profesional JASP (Jovenes Aunque Sobradamente Preparados / Puteados) y al económico de los "mileuristas" (1.000 €/mes).
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