14 junio 2006

Con un par

Cuando se quiere hacer referencia a que alguien, casi siempre de género masculino, es valiente y con iniciativa, se dice que "tiene un par (de)", o que hace algo "con un par (de)". Pues bien, varios pares de huevos ha recibido Mariano Rajoy en su periplo catalán apoyando el "no" en el próximo referendum del Estatut, que tantas páginas ha ocupado en los últimos meses en la prensa (o minutos en radio y televisión, a elección del lector). El caso es que soportó "lo que le echaron".

Arrojar frutas y verduras podridas así como huevos era una práctica habitual en el teatro del Siglo de Oro cuando la obra no gustaba. Pues será que no gusta el "no", el "no" con el matiz del Partido Popular. Sin embargo, uno de los derechos conseguidos en este país fue la libertad de expresión, de pensamiento, de ideas y opiniones a través de la palabra, el escrito y cualquier medio de difusión (artículo 20a de la Constitución), que tanto tiempo permaneció condenada al silencio y tanto sufrió la censura y el exilio en España.

Claro, será que Rajoy no habla "catalán en la intimidad". Será que, como es del Partido Popular, no tiene derecho a alzar una voz contraria al proceso estatutario, no tiene derecho a apostar por una de las opciones en un referendum (sí, no, en blanco y abstención); será que, en definitiva, no tiene apoyos. Y, por eso, recibe una lluvia de abortos de gallina.

Me imagino la situación si fuera a la inversa, si el Partido Popular estuviera en el gobierno, si fueran los votantes del Partido Popular los que tiraran los huevos: pronto aparecerían los gritos de "esto nos pasa por un gobierno facha".

Caemos siempre en los mismos errores: no respetamos las opiniones contrarias, se habla de "diálogo" y "tolerancia" y nos pasamos tan bellas palabras y su significado por el arco del triunfo, estemos del lado que estemos: del sí o del no, de la izquierda o de la derecha, del blanco o del negro...

Seguiremos, pues, tirando huevos.

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